Cuenta una historia acerca de un hijo que era amado por su padre, vivía como un rey, lo tenía todo no le faltaba absolutamente nada.
Pero un día el hijo le dijo a su padre: dame mi herencia, dame todo lo que me pertenece, iré a descubrir el mundo, solamente quiero disfrutar mi vida.
Pasa el tiempo y el hijo esta en rolado en las deseos del mundo, “disfrutando” de su herencia en todos esos placeres pasajeros. Poco después como era de esperarse el hijo se quedo sin nada, ya había gastado cada centavo de su dinero, no tenia ni para comer y entonces empezó a carecer de hambres y todo lo demás, ahora envés de ser el joven rico y popular paso a convertirse en el hazme reír y la lastima de los demás al no poseer nada y carecer de todo.
Un día el hijo se quedo pensando: En la casa de mi padre lo tenia todo, no carecía de nada, de hecho hasta los siervos de mi padre viven mucho mejor que yo, iré con mi padre y le diré: Padre he pecado contra el cielo y contra ti, no merezco ser llamado tu hijo te ruego que me recibas como a uno de tus siervos.
Cuando el hijo decide ir a la casa de su padre, su padre logra verlo a lo lejos y al reencuentro el hijo dijo: Padre he pecado contra el cielo y contra ti, no merezco ser llamado tu hijo te ruego que me recibas como a uno de tus siervos, pero el padre contesto: Mi Hijo a llegado, vístanlo con las mejores ropas, y hazme el mejor banquete por que hoy aremos fiesta pues ha llegado mi hijo!
Muchas de las veces nosotros nos alejamos de Dios y nos envolvemos por bastante tiempo en los deseos del mundo, y llegamos a pensar que Nuestro Padre ya no nos va aceptar, pero la realidad es que Dios nos esta esperando con los brazos abiertos y ansioso de recibirnos, así que no importa lo que hallas hecho, Dios sigue estando ahí esperándote para vestirte con esas ropas nuevas!!.
viernes, 12 de septiembre de 2008
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